El sábado 9 de noviembre, Melilla celebró Diwali, la festividad hindú que marca el comienzo del nuevo año, una fiesta dedicada a la luz y la serenidad.
La Plaza de las Culturas, el centro de las celebraciones en Melilla, estaba preparada para la ocasión en un auténtico estilo Bollywood. Un amplio escenario flanqueado por dos grandes elefantes inflables —que evocan a Ganesha, una de las muchas y coloridas deidades hindúes— dominaba el espacio. Además, se había reservado un lugar especial para la creación de un mandala y el encendido de una vela simbólica. Alrededor, varios puestos ofrecían actividades para los niños, decoración con henna y degustaciones de comida típica.
Alrededor de las 18:00 horas, la plaza ya estaba llena de gente. El ambiente transmitía un espíritu de armonía y convivencia, donde personas de distintas creencias, culturas y nacionalidades se mezclaban, compartiendo la alegría de la festividad.
Melilla tiene una larga tradición de tolerancia y convivencia pacífica entre cristianos, judíos, musulmanes, hindúes y gitanos. Es por eso que la celebración de una comunidad siempre implica a las demás.
Nosotros, del Centrofratelli, también estuvimos presentes con un grupo de “nuestros chicos y chicas”, jóvenes que nos son derivados por los centros sociales de la ciudad y por familias marroquíes. Son adolescentes que, por su situación, carecen de referencias claras: muchos son demasiado mayores para la escuela pero aún jóvenes para integrarse en el mundo laboral.
Con ellos llevamos a cabo cursos de formación por las mañanas y tardes, ayudándoles a mejorar su dominio del español. Sabemos que especialmente aquellos que vienen de los centros están esperando ansiosamente la oportunidad de trasladarse a la península.
Pasamos el tiempo recorriendo los puestos, disfrutando de la música vibrante de los clásicos ritmos de Bollywood, y haciendo cola para la decoración con henna. Hacia las 20:30 nos dirigimos a otra cita especial, en el Teatro Kursaal.
Allí asistimos a una presentación organizada por la asociación Nana, que incluyó a los niños y niñas de los centros de menores de Melilla (especialmente el de la Divina Infantita, que conocemos bien por nuestra colaboración en la Colonia de Verano con Cáritas). El espectáculo, titulado «Desconectados», invitó a reflexionar, de manera profunda y artística, sobre el exceso de conexión a redes sociales, teléfonos móviles y modas.
Terminamos la noche en una pizzería cercana, compartiendo una cena alegre con nuestros amigos, y disfrutamos de un momento de tranquilidad y diversión juntos.
Fue, sin duda, una noche hermosa para recordar. Y aqui tenemos nuestro album fotografico del evento